Al maestro

Samuel Silva Gotay y su mamá

Muchas veces los párvulos llegan a la Iglesia a las 9:00 AM para recibir las lecciones dominicales. ¿Una hora y media después qué hacen? En ocasiones se les llena un espacio con cualquier actividad que nada tiene que ver con lo que han aprendido en el día, otras van a donde están los mayores y allí reclaman atención. Por eso hace unos años me propuse diseñarles un tiempo que complemente las clases y que no fuera la misma rutina de siempre ¿Qué hacer? ¡MANUALIDADES!

Miremos el cono de aprendizaje
Cono de aprendizaje

Las investigaciones demuestran que los seres humanos recordamos más lo que hacemos y apenas una fracción pequeña de lo que escuchamos. Es por esto que el trabajo manual es un método eficaz para mantener la atención de los niños. Además de atesorar grandes dosis de imaginación, a ellos les gusta hacer cosas nuevas, aprender mediante la actividad, reafirmar conocimientos y relacionar la enseñanza del relato bíblico con su propia experiencia. Siendo así, este material, les ayudará a aumentar la creatividad, el sentido estético, puede contribuir a la ambientación de espacios y los chicos se podrán llevar a casa algo que les auxilie a la hora de contar  a sus familiares y amigos lo que han aprendido. En el futuro podrán crear el espacio en el culto para lo simbólico, promoviendo así la belleza visible como parte integral de la liturgia, con recursos modestos.

El libro que presento es una compilación de manualidades que les han sido impartidas a nuestros hermanitos y con las cuales muchas personas han colaborado para que estas no fallaran. Las lecciones están ordenadas cronológicamente lo cual no solo le ayudará a ubicarse dentro del marco histórico de la vida de Jesús sino que facilitará que el maestro pueda hacerlas coincidir fácilmente con los temas escogidos o programados para las clases dominicales, o sea le ahorrará tiempo. Le economizará también trabajo y dinero ya que necesita solo de unos escasos artículos de poco costo y fáciles de conseguir.

Cada semana demandará adquirir los materiales que se indiquen pero claro que puede reemplazarlos, sustituirlos con un poco de imaginación. Estudie con tiempo las instrucciones, de ser posible confeccione la manualidad antes de la clase para que sirva de modelo. Prepárese y dialogue con el maestro que dará la clase dominical para que puedan hacer consultas, intercambiar ideas, enriquecerlas o despejar dudas. Siempre debe haber una buena coordinación, un buen engranaje entre los dos para que el título de la clase dominical, la idea central (propósito de la clase), el texto bíblico, el versículo para recordar, los objetivos de la clase, la motivación y la aplicación coincidan con los trabajos artesanales que confeccionaran y los discípulos logren comprender la historia bíblica.

Cada lección de este libro indica el texto bíblico, no debe leérselo a los estudiantes porque este se supone que ya fue narrado en la clase antes de la suya.

Dele siempre un tiempo prudencial a sus educandos para que puedan contestar las preguntas que se hacen antes de introducir las manualidades, no se apresure en hacerlo usted. Tenga presente que los niños pueden dar respuestas imprevistas. Si están equivocadas no trate de corregirlas porque dejarán de contestar o se puede formar una discusión que a nada conlleve. Diga algo así como: “Lo que has dicho es interesante, mirémoslo ahora desde otro punto de vista.” Luego pida ideas a los otros discípulos.

Puede reunir a niños de variadas edades propiciando que los mayores y más diestros ayuden a los más pequeños fomentando así el trabajo en equipo. Asegúrese de estimularlos y darles una palabra de afirmación personal por la actitud colaboradora. Mientras los discípulos están trabajando camine entre ellos y anímeles.

Procure que los aprendices se entusiasmen por venir la próxima semana. Facilite una pista de lo que harán en la siguiente sesión y dígales que espera que estén en la iglesia para disfrutar juntos de la actividad.

Busque en su salón de clases un lugarcito donde pueda mantener recordatorios de lo que han hecho en cada sesión, dará un sentido de continuidad y familiaridad ya que disfrutarán viéndolos y recordaran las clases anteriores.

La Biblia nos muestra como Jesús, nuestro maestro, enseñó con objetos y experiencias de la vida diaria de las personas. Hagamos nosotros igual con nuestros peques, adentrémonos en su mundo de fantasía y sean estas clases de bendición para todos.



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